Una preciosa mansión atrapada en el tiempo nos abre sus puertas, con el fin de que podamos recorrer sus pasillos, estancias...disfrutando de cada milímetro de su majestuosa arquitectura modernista.
Un viaje al pasado entre paredes que destilan riqueza y evocan una época pasada que fue mejor, en el que los pequeños detalles de una casa hacían su grandeza.
Entremos
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La naturaleza anhela entrar en el interior de la mansión, fusionándose con la misma, formando un conjunto armónico y bucólico. |
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Grandes ventanales iluminan el interior de la vivienda, en la que sus únicos moradores son el tiempo atrapado en ella y las enredaderas que trepan hacia la cúspide. |
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El modernismo en su máxima expresión |
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Los rayos de sol bañan la capilla en la que ya no reza nadie |
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¿Subimos? Centenarias barandillas forjadas nos acompañan al piso superior |
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Hogar de la chimenea hecho arte |
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Contraventanas ancladas en el pasado |
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Bonita y austera bañera al final del pasillo |
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Viejos periódicos habitan los armarios, unos de los pocos moradores que se resisten a abandonar la mansión. |
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Gran palomar, signo de riqueza en la época..aún en uso... |
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Detalle de los preciosos mosaicos que ornamentan la escalera |
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Mecánica y arte en su máximo apogeo |
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Preciosa cocina del siglo XIX /XX |
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Mecánica culinaria en su apogeo |
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Detalle de los fogones |
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Una roseta de Barcelona aguarda un gran horno |
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Entrada a la cocina |
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Cuando el mobiliario se traducía en arte |
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Frondoso jardín que protege la mansión |
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Nos despedimos con una panorámica de una de las estancias más bonitas de la morada |